CATALEJO

OPINION LIBRE PERMANENTE SOBRE EL DIA A DIA. AUTOR JUAN SIMON CANCINO PEÑA, COMUNICADOR PERIODISTA. BOGOTA COLOMBIA.

Wednesday, August 02, 2006

Inmortalidad



Por un segundo de fama

El escritor ruso del siglo XIX Fiódor Dostoievski, quizás uno de los más grandes literatos en la historia de las letras universales, autor de obras colosales como “Crimen y Castigo”, “El Jugador”, “El Idiota”, “Demonios”, “Humillados y Ofendidos”, y “Pobres Gentes” entre muchas otras, reflexiona en una de sus novelas cumbres “Los Hermanos Karamazov”, sobre cuán diferente sería el mundo si los seres humanos gozáramos de la inmortalidad sin estar atados al inelapelable rigor de la muerte, por cuanto que el hombre no encontraría motivación alguna para perpetuarse mediante el legado de sus habilidades.

Según Dostoievski, si bien el género humano no alcanza la tan anhelada inmortalidad biológica, se libra de ella perpetuándose en el recuerdo de las generaciones venideras, haciendo uso de todo su ingenio para la pintura, la escritura, la iconografía, la tradición oral, y todo aquello que le permita inmortalizarse en la memoria de los pueblos que le sucederán sobre el planeta. Las pirámides de Egipto, el legado cultural del pueblo griego, Las Líneas de Nazca grabadas por los Incas en una enorme superficie, los pictogramas encontrados en cientos de lugares alrededor del mundo y miles de ejemplos como los anteriores, nos hablan a través del tiempo de millones de hombres y mujeres a los que nunca vimos pero de quienes sabemos gracias al rastro del fruto de sus esfuerzos.

Por supuesto que la sociedad actual tampoco se libra de la seductora influencia de pasar a la eternidad así sea durante un solo segundo de fama; son muchos los que con la esperanza de salir en televisión, esperan el tiempo que sea necesario hasta que el reportero de turno, recibe el cambio para anunciar cualquier acontecimiento, rodeado por una turbamulta informe, en la que apunta de codazo limpio se dirime cuál hace sobresalir su cabeza ensopada en harina y huevos reventados, poniendo en vilo a todos los habitantes de la comarca, porque uno de sus hijos más preciados y nunca bien ponderado hasta ese día, por fin, le dejó ver su cara al mundo, a través de esa mágica cajita de fibra de vidrio y cristal que se inventaron para vender fantasías.

Desde luego que los amantes a la radio también comparten honores con sus congéneres de la televisión, y no en pocas ocasiones sus voces fluyen por las hondas hercianas, hablando de la admirable voz del locutor de turno, a quien se le perdonan desde las tiradas de teléfono, pasando por la desatención en relación con lo que expresan los oyentes, soportando las horas de espera al otro lado de la línea, mientras su familia, casete y grabadora en mano, esperan con fruicción en casa, el momento de graduar como inmortal, a aquel que con tal de lograrlo, no le importa ser maltratado en su intento por alcanzar la esquiva gloria.

Las páginas sociales de los periódicos y revistas, están plagadas de fotos de bodas suntuosas, comidas con exquisitas viandas, y por supuesto el registro de las damas de prístina alcurnia ávidas de congelar su imagen para la posteridad justo en el momento en el que sus níveas manos le extienden un trozo de pan a un niño hambriento, para luego deleitarse en las tardes de te con galletas y canasta, regodeándose de su infinita bondad, en una silenciosa pero fastuosa competencia, cuya recompensa serán las loas y los hurras de los menesterosos a los que asisten solo para que otros sepan de la fama de su generosidad.

Y también están los padres que ante sus frustrados intentos de inmortalidad, observan en sus hijos el modo de que el destino les devuelva lo que injustamente les quitó; es así como a todas las niñas desde que dan el primer paso, se les otorgan atributos de bedet o top model internacional; o el niño que patea en el vientre de su madre, se constituye en la esperanza de la familia porque con seguridad con esa pegada será un futbolista famoso; o a la amiga que un día le pregunté que porqué estudiaba y me contestó que para ser famosa como ellos, al tiempo que señalaba fotografías de algunos de los economistas más famosos del mundo que ilustraban un libro.

Guardando las proporciones, también están quienes alcanzaron su inmortalidad haciéndose tristemente célebres, aquellos que quisieron que el mundo adoptara una única forma de pensar, los mesiánicos convencidos de que su legado para la posteridad, era que se cumpliera su dictamen, no importando cuantas vidas humanas se fueren en el intento, los que creen que sus luchas son mandatos divinos,, los mismos que ven como perdición irredenta a todas esas otras formas de la cultura, aquello que no es otra cosa que la diversidad humana, quizás no solo la mejor, sino la única forma de inmortalizarnos para que otros también lo hagan a su manera.

Es probable que nuestra inconformidad con el anonimato, esté relacionada con el hecho de que nos cuesta trabajo aceptarnos tal y como somos, con nuestras debilidades y pequeñas bajezas, con los límites que nos impone nuestra condición de seres humanos. No obstante nuestro fugaz paso por la vida, hay formas menos suntuosas de inmortalizarnos, y no por ello menos valiosas de hacerlo, tarea difícil y que a cada cual le cumple en su intimidad, en una lucha permanente, en la que nuestros demonios y virtudes internos se confrontan a diario, en donde a pesar de todas las críticas que nos hacemos unos a otros, casi siempre el ser humano deja expuesto el rostro de lo mejor de sus buenas gestas. <>

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