CATALEJO

OPINION LIBRE PERMANENTE SOBRE EL DIA A DIA. AUTOR JUAN SIMON CANCINO PEÑA, COMUNICADOR PERIODISTA. BOGOTA COLOMBIA.

Friday, September 01, 2006

Otra Mirada



Menos Oyentes,
¡ Más Interlocutores !


Por motivos de mi actividad profesional, desde hace algo más de tres años empecé a acudir a diferentes escenarios, donde el tema central es la discapacidad. Allí he conocido diverso tipo de personas, desde el que trabaja con nobleza y obstinación por la causa, pasando por los que acuden simplemente por cumplir un horario o registrar su firma en una planilla de asistencia, hasta los paracaidistas oportunistas que ven en el tema una ocasión de lucro personal.

Una de las cosas que más sorprende en estas instancias, es la ausencia permanente de las personas con discapacidades de base, a las que se margina en forma recurrente y adrede de las instancias en donde se supone que de una u otra forma está en juego su futuro. En su reemplazo acude una nutrida fauna de especimenes, cuyo propósito no es otro que el de pavonearse muy orondos, dando voces para acreditar sus innumerables logros y sus enormes sacrificios en pro de la causa.

Para mencionar ciertos casos, están algunos de los funcionarios de las entidades públicas; aparecen los que llegan a los eventos y a los diez minutos como por obra y arte de Merlín, desaparecen sin dejar rastro alguno; los hay que a pesar de su presencia tampoco dejan huella; los que dicen cualquier estolidez tecnocrática, en un intento desesperado para descrestar y no pasar inadvertidos; y por supuesto los sabelotodo, que creen que caminar para adelante, es un acto de convicción para llevarle la contraria al sieso.

Los representantes de las personas con discapacidad, son un platillo no menos delicioso; siempre los mismos con las mismas, con su arrogante autocracia a cuestas, la que quizás por honestidad no disimulan, a los que ni suplente se les ha visto, y es que si llegara alguien de un lejano país, con seguridad diría: “pero que poquitas personas con discapacidad hay en este lugar”; los mismos que protestan a rabiar por una puntilla mal puesta, pero que como las fieras del circo romano, acallan sus bramidos, ante el olor tranquilizador de un contratito de menor cuantía, para entrar en el léxico burocrático que tanto disfrutan.

La fresa del postre, la ponen los representantes de algunas de las organizaciones sociales, que llegan con su abigarrada oferta de discapacidad en lustrosas bandejas doradas, vendiendo desde lástima, hasta quienes lo hacen de forma descarnada sin anestesia, con una lagrima de cocodrilo en los ojos, auto elogiándose de sus esfuerzos y quejándose del maltrato de otros, el que explican como el resultado de la envidia ajena por sus logros; tanta lamentadera que ya se vuelve sospechosa: y si sufren tanto porqué no se marchan.

Las mismas personas con discapacidad también son culpables de ese juego endémico; algunos se presentan con sus caritas de lástima, con sus espíritus apachurrados, que se conforman con cualquier souvenir de miscelánea y ni silban ni cantan; claro que otros llegan vociferando, convencidos de que la discapacidad les da patente de corzo para todo, y creen que justicia e inclusión social, es pedirles permiso para darles limosna, o aceptarles que gozan de una irreprochable experticia en cuanto a lo divino y lo humano..

Por fortuna un nuevo imaginario en relación con la discapacidad, se ha venido posicionando en nuestra cultura; es entender a la discapacidad como una condición de vida, a las personas como sujetos de derechos y objeto de deberes; es comprender que todos desde nuestra vereda, estamos aptos para construir proyectos de vida, no a pesar de nuestras diferencias, sino gracias a nuestra pluriculturalidad y multiformidad.

La discapacidad no es solo asunto de expertos y tampoco es exclusividad de las personas con limitaciones, es una cuestión que nos corresponde a todos, así como la defensa por la vida, la niñez, la seguridad social, el medio ambiente, los adultos mayores, ello si queremos superar los guetos, en el propósito de alcanzar la participación en todas las esferas de la vida y en los mismos espacios que el resto de los mortales.

A pesar de todos sus problemas, tenemos un mundo que para bien o para mal, es el resultado de múltiples concepciones a lo largo de la historia, y las personas con discapacidad, representan otra mirada que bien enfocada, sin los vicios del pasado, se constituiría en un capital humano con un mayor potencial, que sumado a esfuerzos que otros hacen desde sus cosmovisiones, será garantía para tener una sociedad en la que todos vivamos en equidad.

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