CATALEJO

OPINION LIBRE PERMANENTE SOBRE EL DIA A DIA. AUTOR JUAN SIMON CANCINO PEÑA, COMUNICADOR PERIODISTA. BOGOTA COLOMBIA.

Saturday, November 25, 2006

Sin autoridad

BUSH: THE SON OF A BITCH


Hace algunos días, buena parte de la humanidad presenciaba a través de la televisión, cómo un jurado condenaba a la horca al expresidente de Irak Sadam Hussseín por haber cometido crímenes de lesa humanidad. Entre tanto desde el otro lado del mundo, El presidente de los Estados Unidos George Bush con evidente alborozo, celebraba lo que para él era una muestra de la idoneidad del sistema de justicia iraquí implantado a la fuerza por las tropas norteamericanas.

Mientras esto ocurría en la lejana Asia, en la frontera sur de los Estados Unidos, los mexicanos protestaban por la construcción de un muro de cerca de mil kilómetros, con el que los gringos, maestros del racionalismo material, pretenden evitar el paso de ciudadanos indocumentados de otros países a sus tierras de libertad humana y económica, haciendo más vigente que nunca antes la célebre frase de Benito Juárez quien fuera presidente de México en varias ocasiones: “tan cerca de los Estados Unidos pero tan lejos de Dios”.

Los “gringos” en lo que ellos llaman lucha antiterrorista, y violando todos los preceptos del derecho internacional humanitario y pasándose por encima de ese elefante blanco que es la ONU, invadió a Irak y consiguió lo que entre sunitas y chiítas no avían logrado en la historia moderna de ese país: una guerra civil, que según incluso medios periodísticos norteamericanos ya deja más de setecientos mil muertos, que tuvo como origen el paso de una dictadura a otra más oprobiosa.

Y todo porque a un alcohólico rehabilitado como Bush, o por lo menos eso es lo que nos quieren hacer creer, purista religioso protestante convencido de que los que no son como él son terroristas, le ha dado por pensar que el mundo debe ser como a el bien le parezca, con el a la cabeza, como arcano iluminador. Acaso en su imaginario particular, alimentado por quienes lo rodean, se imagina no como la reencarnación de Cristo, sino como el mismo Mesías en cuerpo y alma en su tan esperada segunda llegada al mundo.

Sería bueno decirle al señor Bush, que su comportamiento es el de un sicario global, el “mono jojoy” de la Misión Carismática Internacional, esa peligrosa secta oscurantista y retardataria, la representación fehaciente de que los puristas protestantes en los Estados Unidos también tienen brazo armado, un brazo que en los últimos años les ha alcanzado para hacer del mundo un lugar más peligroso. Y a ese asesino de George Bush y a su recua, cuando lo vamos a ver en la horca por sus crímenes, o al menos, cuando le irá a pedir perdón a los mexicanos por su ofensivo muro y a otros pueblos por tantos atropellos inenarrables en tan poco espacio.

Sabido es que con los norteamericanos la historia siempre será la misma: ellos son los agresores, y luego en su papel de víctimas con el que justifican todo, y valiéndose de su poder económico y militar, toman lo que quieren a la fuerza y antes se les queda debiendo. No les bastó con robarse las reservas de gas de Afganistán, unas de las más grandes del mundo; luego fueron por el petróleo de Irak, y casi con seguridad que cuando se legalice la droga, encontrarán algún pretexto para meterse en Colombia y llevarse gratis la que hay aquí, porque eso si, para periqueros no les gana nadie.

No estaría de más recordar por si las dudas, que los Estados Unidos es la única nación que en la historia de la humanidad ha lanzado no una, si no dos bombas atómicas en contra de otro pueblo, utilizando como argumento su papel de victima. También a mediados del siglo XIX, los mismos norteamericanos le quitaron una buena parte de su territorio a ese mismo país del que hoy pretenden distanciarse con un obsceno muro., y muchos de cuyos inmigrantes han ayudado hombro con hombro en la construcción de la sociedad estadounidense.

Y entretanto las restantes naciones del planeta, cumplen el papel de la esposa maltratada, que no para de quejarse y finalmente no es más que cómplice de su macho alfa porque nunca hace nada para remediarlo. Se humillan y pliegan ante el designio de su verdugo, porque como tiene plata y les compra, eso si al precio que se les da la gana, los recursos naturales, las materias primas y una que otra toneladita, todo porque son los del vil metal.

De ninguna manera esto es una protesta con la que se pretende amparar la impunidad, de quienes valiéndose del poder que detentan, lo usan como forma de lucha para violentar a otros. Si, que los asesinos como Husseín y sus ejércitos de homicidas y de criminales paguen sus delitos, pero ante tribunales internacionales legalmente constituidos como las cortes internacionales especializadas en esa materia, y no jurados conformados en forma arbitraria, que parecen más constituidos para cobrar una deuda personal, que para ejercer con honestidad y fallar en derecho.


Nadie desconoce los valiosos aportes de la sociedad americana en asuntos como la ciencia, la tecnología y los avances en otras áreas del conocimiento tan valiosos para el mundo actual, lo que resulta repulsivo es su papel de gran policía mundial, sin respeto por la libre autodeterminación de los otros pueblos, y además actuando como el drogadicto que con tal de encontrar dinero para satisfacer su vicio, es capaz de matar a su propia madre si es preciso, ese utilitarismo llevado al extremo, en el que se ve a los otros pueblos, no como a hermanos, si no como ratones de laboratorio o recipientes a los que hay que abrir a la fuerza o destrozar para extraer su contenido.

Wednesday, November 08, 2006

Transmilenio


A lo hecho Metro..........

En diciembre del año dos mil, la ciudad de Bogotá palpitaba de emoción, pues uno de sus más conspicuos tecnócratas, longilíneo él para mayores señas, de aristocrática pelambre en la faz, y de modales y acento de arcano ultramoderno, con la convicción de quien regala algo a la chusma, y por ello se hace merecedor por parte de ésta del agradecimiento eterno e incondicional, le anunciaba a la gran urbe, la entrada en funcionamiento del nuevo medio masivo de transporte, que con estrambótico nombre homenajeaba el discurrir de un milenio a otro.

Y es que la emoción no daba para menos, con los nuevos buses articulados, que como saetas rojas se pavoneaban orondos por las inmejorablemente pavimentadas nuevas troncales. Atrás quedarían los eternos atascamientos de tránsito y las incomodidades de “esas viejas cafeteras” en las que se viajaba como metido en una lata de atún, y los elogios continuaban: que bueno ver por fin chóferes bien vestidos y buses en los que si daban ganas de montarse, y no a esos indios de antes en sus carromatos de la muerte.

Y como todo villorrio requiere de bufones, no faltaron entre aquellos, áulicos del demiurgo burgomaestre, quienes en desafiante mentís se les llenaba la jeta diciendo que ahora si para que metro, si el Transmilenio había salido diez veces más barato, sin necesidad de tumbar la ciudad por arriba y por abajo: ahora si donde estás París pueblucho inmundo que no te veo; cual New York capital del mundo, si aquí está tu tatequieto, la Atenas suramericana, y si en Medellín tenían Antioqueñita y el metro, aquí teníamos Los Cucaracheritos y Transmilenio.

Poco faltó para que los notables patricios de entonces, previa consulta popular por supuesto para que fuera más democrático, que con los recursos ahorrados de tan magna obra, no sin antes despejar “El Cartucho” y “San Victorino” para tales efectos, solicitaran cotización ante los gobiernos gringo y galo, en el noble propósito de adquirir La Estatua de la Libertad y La Torre Ifel e instalarlas en sus nuevos y extercermundistas nichos, para ahora si vivir en la ciudad que decían merecer los arribistas venidos a menos y los menos venidos a arribistas.

Pero como la gentil doncella que recién casada se extiende trémula sobre el tálamo nupcial para ser objeto de los mejores tratos, y luego de pasado el tiempo su consorte olvidado del candor primero la eleva a la dignidad de trapero de la marital estancia, dejando mostrar al fin su verdadero rostro, el mismo que hoy nos muestra transmilenio, novio otrora enamorado, que primero empalagó y luego maltrató, que hoy nos trata como gata a gato que ha calmado su arrebato, como el que usa ofrecer el oro y el moro para poder meter, y después de metido no cumplir lo prometido.

Cuanta decepción palpable, cuando las láminas de las estaciones ponen en máxima alerta los tobillos de los caminantes, quienes a riesgo de su propia integridad se desplazan como el que pisa huevos, porque ya le pisaron los suyos, por temor de ir a parar al lado de las placas de relleno fluido de diez años de garantía, que en menos de siete ya han sido remendadas más de cinco, o será que eran años mercurianos, tableros con indicadores de frecuencia de ruta suprimidos , quizás para que la gente no midiera la mentira, mapas de ruta que requieren de ojos biónicos para ser leídos, eso si el mártir logra salir indemne del articulado, ellos con la ropa que llevaban puesta y ellas con su virginidad intacta

Para completar la faena, cuanta delicia implica abordar esos anteriormente vilipendiados “intermedios” y ahora “alimentadores”, con sus recorridos paquidérmicos por trochas periféricas y suburbanas que eufemísticamente la gente llama las calles de sus barrios, por donde mejor transitaría una mula, si las mulas que las pavimentaron, y las que contrataron a las que pavimentaron, y las que pagaron el contrato para que pavimentaran al menos hubieran hecho en forma regular su trabajo. Acaso nos pasaría como al bobo de la televisión: ¡uy, nos da la impresión de que nos volvieron a tumbar!

Siendo Bogotá el polo de desarrollo más importante del país, lo menos que se puede pedir para la ciudad es un sistema masivo de transporte a la altura de una capital de nación, como el metro, en donde Transmilenio haría su decoroso papel de sistema auxiliar, accesible en plenitud para las personas con discapacidad y otros grupos vulnerables, de fácil, cómodo y rápido traslado sin importar el lugar de la ciudad donde se esté, y sobre todo, con una obra en la que se le cumpla a la gente con las expectativas y donde ninguna alcaldada permita que se nos saque del bolsillo la plata con total impunidad y luego nos salgan con cualquier chambonada.