Mariana, Yepes, gol y el charlatán

Por: Juan Simón Cancino Peña.
Que fue gol de Mario Alberto Yepes contra Brasil, desde luego que sí, ¿o es que acaso alguien podría negarlo? Que Mariana Pajón puede decir que fue gol de Yepes; por supuesto que sí, porque aunque parezca increíble tiene la razón porque la pelota entró, ¿O es que acaso alguien puede afirmar lo contrario, o rompió la red como decían los narradores de antaño con su vibrante tradición oral popular, esos que simplemente narraban y no presumían de hinchas insufribles, y así Pajón no tuviera la razón igual la asistiría el derecho de decirlo.
Que la jugada del gol de Yepes fue en fuera de lugar y por ende bien anulada, eso no hay quien lo niegue, y aunque parezca contradictorio y leguleyo, dicha afirmación es prosaicamente correcta, porque en el fútbol se anulan las jugadas de gol y no los goles, y ello a riesgo de que con justa causa también se me diga que cesada la causa, cesado el efecto; sin embargo bien por Mario Alberto Yepes que ya tendrá para contarle a sus biógrafos y a sus nietos que hizo un gol en un mundial, pese a que la jugada previa fue invalidada, y mejor por Mariana Pajón, que haciendo gala de un sentido práctico de la razón se lo recordó al mundo, así hubiera mezclado arroz con mango y cubios con arequipe.
Que un ciudadano de a pie de esos que tejen ruanas en rústicos telares, o de aquellos que hacen informes que nunca nadie leerá, diga que Mariana Pajón puede decir lo que se le dé la gana porque está en otro nivel y además es un excelente ser humano, grandeeeeeee Mariana, quién te puede reprochar algo; eso está bien para el plomero de la esquina o el albañil de más allá, pero que lo diga un comentarista deportivo en una red social invita a la reflexión.
Para los efectos de esta columna, comentarista deportivo se define como el gritón que a menudo naufraga en las babas del océano de su conocimiento referido a todos los deportes que no supera el centímetro de profundidad, en el que en contadas ocasiones no naufraga, y que por si acaso, así no sea plenamente consciente de ello, funge como líder de opinión, aunque no todos, y valga la aclaración retórica y sí pedida por uno de mis más caros amigos.
Si aplicáramos a rajatabla el precepto del comentarista deportivo que aplaudió el desliz de Mariana Pajón, bajo el único pretexto que todo le está permitido a las estrellas porque simplemente son estrellas, entonces habríamos de creerle a James Rodríguez que el sol gira alrededor de la tierra si así lo afirmara porque patea un balón con cierta solvencia, o porque a algunas señoras autodenominadas como maduras se les antoja como el nuevo churro de la ternura.
La gente puede decir lo que le venga en gana, claro está, jugando billar en una cantinela de mala muerte o emborrachándose en un lupanar, pero no los periodistas en los medios de comunicación, sin importar que a veces la diferencia entre aquellos y estos sea casi que imperceptible, aunque no en todos los casos mi querido amigo, y de nuevo la aclaración retórica sí pedida, porque la responsabilidad del comunicador no es la de dejarse arrastrar por la turbamulta sino la de comprenderla en sus motivaciones y explicarle los hechos a sus audiencias.
Y mientras escribo esto, válgame Dios, una señora muy aseñorada de esas que tiene por oficio impartir condenas y decretar absoluciones a través de la radio con su lengua adobada en ácido de batería, acusa no sé a quiénes de bandidos y de hampones; incluso tengo la sensación por los gritos que vomita que se quedó cantando y comentando el gol de Yepes, y mejor apago la radio porque creo que sería mucho pedirle que en lugar de seguir cantando el gol me explicara el porqué de la invalidación de la jugada.


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