CATALEJO

OPINION LIBRE PERMANENTE SOBRE EL DIA A DIA. AUTOR JUAN SIMON CANCINO PEÑA, COMUNICADOR PERIODISTA. BOGOTA COLOMBIA.

Sunday, February 03, 2013

¿Por quien toman partido los medios?


Por Juan Simón Cancino Peña

Era el presidente de la república, el primer magistrado de la nación, el elegido para conducir esa nave del olvido a punto de encallar en el lodazal de su propia sangre llamada Colombia; se trataba ni más ni menos de un asustadillo delfincillo con abolengos en el azul de metileno bautizado como Andrés Pastrana para evitar equívocos, que esa jornada en afrenta al que fuera su anterior oficio y ante sus antiguos colegas les dijera con su inusual tono de autoridad que no podían ser neutrales en la forma de informar sobre el conflicto porque estaban en la responsabilidad de tomar partido por el gobierno.

Y en el otro lóbulo, el izquierdo por fortuna, la voz del sabio maestro advirtiendo con serenidad que el decir del periodista no se guía por cantos de sirena, y que en la escala de valores del oficio antes que la imparcialidad, la neutralidad, la objetividad, la subjetividad están la honestidad y el juicio crítico, y que si de tomar partido se trata entonces que sean los hechos con su implacable elocuencia los que dictaminen el curso de la historia y marquen los principios éticos del derecho que tenemos los ciudadanos a recibir información de calidad.

Y justo cuando pensaba en lo dicho y me devanaba  los sesos intentando desmadejar la telaraña viscosa de mis ideas desordenadas, por la pantalla de esa especie de Dios todopoderoso que funge como maestro de muchos niños y por el que circula la opinión publicada que no es lo mismo que la opinión pública, apareció la imagen de la desapacible pareja leyendo el telepronter con soberbia demostración de objetividad que ya se quisieran para sí los más avanzados robots de la NASA.

Ella, Enfundada en su saco rojo de señorona y orgullosa de su corte de pelo en medialuna que sin duda da cuenta de su distinguido pedigrí, advirtió que a continuación informarían sobre los actos terroristas de la guerrilla y las acciones militares del ejército; y él, con su carita abotagada y sonrosada, y su papada sanguinolenta, y su vestido cortado a la medida que más parecía envolverlo que vestirlo, hizo mención con inflexión acezante de no sé qué subversivos dados de baja por el ejército y de no sé qué soldados y policías asesinados cruelmente por la guerrilla.

Y al cambiar el canal, y al correr el dial, y al pasar las páginas, los síntomas se convirtieron en esa pandemia con forma de doctrina política de extrema derecha que poco a poco aniquila las reducidas defensas de lo que otrora se denominara con buen juicio como línea editorial, dejando a su paso sus efectos devastadores: en lugar de periodistas hay agitadores políticos, el contraste de fuentes a quedado reducido a la consulta de activistas a fines al agitador que entrevista, y la investigación periodística ha sido reemplazada por la propaganda electorera.

Es ése mismo periodismo que justifica la barbarie de la fuerza pública con el prurito de los falsos testigos o de las pocas manzanas podridas, y que construye el imaginario que cuando son guerrilleros los que cometen atrocidades similares se trata de una entidad indivisible en la que todos sus miembros son asesinos inmisericordes; ese mismo periodismo el que ante situaciones iguales decide quienes son los héroes de la patria y quienes los bandidos.

Tal vez el proceso de paz de La Habana además de ser una oportunidad histórica para resolver el conflicto que por décadas ah tenido enfrentado al gobierno con las FARC, se constituya en el pretexto para desterrar a ese periodismo que acude a explotar las emociones de sus usuarios, para convertirse en una consciencia colectiva que ayude a comprender desde el uso de la razón los grandes problemas de Colombia, y para que las invariables baladronadas de los mismos fulanos que atiborran los contenidos de los medios sean reemplazadas por las miles de voces y rostros anónimos que de seguro ven el mundo desde perspectivas políticamente incorrectas pero deliciosas.  <>

0 Comments:

Post a Comment

<< Home