2007
AÑO NUEVO: ¿PATRIA NUEVA?
Es con seguridad el clamor de muchos colombianos, que esta inerme patria boba, emprenda algunos propósitos para este 2007, que no se queden en ilusiones perdidas como las promesas del borracho a las 12 de la noche del 31 de diciembre, de las que luego se arrepiente en medio del guayabo del comienzo de año, o que prefiere postergarlas un poco más, con mayor desfachatez que la del cínico, que en pleno 2 de enero dijo con sorna: se acabó este año y no se hizo nada.
Ojalá por fin, y para alegría de tantos y tantas que han sufrido en forma injusta, se haga el tan impunemente manoseado acuerdo humanitario entre las FARC y el gobierno colombiano, y una plegaria al redentor y dador de la libertad, para que los expertos en negociación de conflictos y su sabiduría de deidades, no sigan confundiendo cese de hostilidades, con alto al fuego, negociación dialogada del conflicto, intercambio de prisioneros y desmovilización de combatientes, y que su maniqueísmo les permita entender, que estos principios de la guerra, así como se pueden dar en forma paralela, objetivamente ninguno es prerrequisito obligado de otro para alcanzar logros parciales, en aras del objeto supremo que es negociar la paz.
Un padrenuestro implorando para que por fin la sociedad en su conjunto comprenda, que los niños y niñas no pueden seguir siendo objeto de abusos sexuales, físicos, psicológicos o de cualquiera otra índole, y que no resulta justo que continúe su explotación en ningún tipo de trabajo, que se les garantice la educación, la salud y entornos protectores, y que el gobierno central y a quien le corresponda en las regiones, velen para que este propósito se cumpla, y no se vuelva plataforma de campaña de vividores y ladinos de la política.
Bienaventuranzas a todos los colombianos con capacidad de sufragar, para que en este año de elecciones, la escogencia de nuestras autoridades locales sea hecha a conciencia, y no con la impajaritable mediación de un frugal tamal o una espléndida lechona, que no por sabrosas y apetitosas viandas, pueden ser el faro que ilumine un acto que en esencia debería ser de razón y no un impulso de las papilas gustativas y de las glándulas odoríferas. Quien quita que este sea el año en el que empecemos a cambiar el paradigma, y que podamos decir a la vuelta de unos años: tenemos los gobernantes que nos merecemos, pero por honestos y visionarios.
Loas en el olimpo para que los dioses de las relaciones internacionales y del comercio exterior, para que el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, no resulte siendo un cuento chino en particular para el agro colombiano, y que productores de cereales, verduras, hortalizas, avicultores y muchos otros trabajadores del campo, no resulten perjudicados por el capricho de tanto alzafuelles de los gringos, que lo único que pretenden con su TLC, es obtener visas para sus castas dinásticas, X Box y Ipods más baratos para sus delfincitos, y ropa de segunda para la sirvienta como dirían, o para lucirla ellos mismos y hacerla pasar por nueva.
Antes de preguntarnos en forma desprevenida o como por un acto reflejo cual sería nuestro aporte para tal causa, es necesario decirlo aunque suene de Perogrullo, que resulta de más valía una solitaria y pequeña tarea que se hace con convicción y persistencia, que una pléyade de promesas que se usan como lucimiento personal en público, y que al final solo resultan baladronadas gritadas al viento. Una sociedad como la que soñamos la mayoría, con justicia y tranquilidad, no es el resultado de grandes esfuerzos que unos cuantos hacen por el resto, sino el logro de pequeñas luchas que todos hacemos por todos, porque por poco trascendente que parezca una acción, siempre involucra a otro para bien o para mal.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home